Los Primeros Submarinos
El submarino es un vehículo complejo, oculto y silencioso que, por sus características intrínsecas, lo convierte en el principal y eficaz medio de disuasión contra los buques de guerra enemigos, capaz de recopilar información sin alterar el comportamiento del oponente.
En particular, en el actual escenario geopolítico, el submarino participa constantemente en actividades de presencia, vigilancia y seguridad marítima para garantizar la seguridad de las vías de comunicación, la libertad de navegación, combatir la amenaza terrorista, la piratería y el tráfico ilícito.
Además, representan un apoyo válido para las operaciones de las fuerzas especiales, siendo en muchas situaciones el único medio adecuado para insertarlas de forma encubierta, logrando el máximo efecto sorpresa.
Los seres humanos siempre hemos tenido curiosidad a la hora de saber qué se esconde en el fondo del mar y de los océanos.
Algunos manuscritos indican que en la Antigua Atenas ya existía la figura del buceador, que se encargaba de limpiar la entrada al puerto.
La historia de los submarinos se remonta a varios siglos, con ideas y diseños rudimentarios, ya en 1578, William Bourne diseñó la primera embarcación submarina.
Se trataba de un bote completamente cerrado que se podía sumergir y se conducía con remos por debajo del agua.
En el año 1620, aparece la brillante mente de Cornelius Van Drebbel, un médico e inventor holandés que desafió lo imposible y dio vida al primer submarino conocido.
Impulsado con remos que sobresalen a través de orificios sellados y flexibles, se podía sumergir durante algunas horas y a profundidades de 4 o 5 metros, éxito conseguido en el Río Támesis.
Llamado de Submarino de Van Drebbel, este ingenioso artefacto era, en esencia, un pequeño barco de madera forrado con cuero para hacerlo impermeable. Impulsado por remos que sobresalen a través de agujeros sellados.
Una invención con múltiples propósitos:
Si bien el Submarino de Van Drebbel no se utilizó en combate, su impacto en la historia es innegable. Este invento sirvió como plataforma para experimentos y demostraciones científicas, cautivando a la realeza y al público con la posibilidad de explorar las profundidades marinas.
A pesar de sus limitaciones, el ingenio de Van Drebbel sentó las bases para el desarrollo de submarinos más sofisticados en el futuro. Su invento abrió las puertas a la exploración submarina, allanando el camino para los submarinos militares y científicos que hoy cubren los océanos del mundo.
Más que un simple barco, este invento representa un salto audaz en la búsqueda de la humanidad por conquistar lo desconocido. El ingenio y la perseverancia de Van Drebbel nos recuerdan que el límite de la innovación tiene sus raíces en nuestra propia imaginación.
Años más tarde, Giovanni Borelli ideó un artefacto capaz de sumergirse y emerger.
Algún tiempo después, los inventores se dieron cuenta que se tenía que idear un método de propulsión más eficaz que el del hombre. Hasta aquel momento, no valían la pena los esfuerzos para construir submarinos.
Durante la última década del siglo 19, el vapor reemplazó las velas como fuente de propulsión en la Marina de los Estados Unidos. En 1896 se pidió a un inventor irlandés, John Holland, que construyera un sumergible propulsado por vapor.
Más tarde, el motor de combustión se perfeccionó, método que permitía ir a una mayor velocidad y una mejor resistencia a la superficie.
Ya en el siglo 20, los diseñadores resolvieron el problema de propulsión usando acumuladores y motores eléctricos. John Holland fue el pionero.
John Philip Holland, nacido en el condado de Clare, Irlanda, en 1841, no navegó por los océanos en un barco tradicional. Su pasión residía en las profundidades, y su nombre está indisolublemente ligado a la historia de la navegación submarina.
Conocido como el “Padre del Submarino Moderno”, Holland dedicó su vida a perfeccionar estos ingenios sumergibles, sentando las bases para los submarinos que patrullan los mares hoy en día.
Inspirado por la Guerra Civil Estadounidense y el uso de embarcaciones sumergibles, Holland emigró a los Estados Unidos en 1873. Allí, persiguió su sueño de construir un submarino práctico y efectivo.
Su primer diseño, financiado por la Hermandad Fenian, fue el “Fenian Ram”. Aunque no tuvo éxito comercial, este prototipo sentó las bases para sus futuros inventos.
El USS Holland: Un Cambio de Juego
El pináculo del trabajo de Holland llegó en 1900 con la construcción del USS Holland, el primer submarino comisionado por la Armada de los Estados Unidos.
Este submarino incorporó todos sus avances tecnológicos previos, marcando un hito en la historia naval. El USS Holland se convirtió en el prototipo para la construcción de futuros submarinos estadounidenses, dando paso a la era de la guerra submarina moderna.
Un Legado Duradero:
John Philip Holland falleció en 1914, dejando un legado imborrable. Su visión y perseverancia cambiaron para siempre el panorama de la guerra naval. Los submarinos modernos, capaces de navegar a grandes profundidades y lanzar ataques devastadores, son descendientes directos de sus primeros diseños.
Más allá del Campo de Batalla:
Los submarinos no solo han tenido un impacto en la guerra, sino que también han sido cruciales para la exploración científica de los océanos. Gracias a las innovaciones de Holland, podemos estudiar las profundidades marinas, descubrir nuevas especies y comprender mejor el delicado equilibrio de nuestro planeta.
John Philip Holland, el irlandés que perfeccionó los submarinos, no solo transformó la guerra naval, sino que abrió las puertas a un mundo submarino inexplorado. Su ingenio e incansable búsqueda de la perfección continúan inspirando a ingenieros y exploradores en la actualidad.
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